Valores Humanos en los Equipos de Trabajo

 

 

¿Qué es el sistema?

“Es un monstruo grande que pisa fuerte”

 

Podemos definir lo qué es el sistema de miles de formas, tantas como personas lo definan. Entonces el sistema es Dios, es la vida, es el amo, es la historia, es la celda, es el paraíso, es el responsable de todos mis males y de todos mis bienes; en realidad podemos elucubrar lo que sea porque al final el sistema es un intangible “no se ve pero se siente”.
Al menos por esta vez vamos a distinguir el sistema como las normas y procedimientos, son las tablas de Moisés pero de esta época vertiginosa y aplicada a todos los aspectos o dominios de la vida.

El sistema puede ser nuestro enemigo, nuestro impedimento, nuestra explicación. Al sistema a veces lo vemos como una bola gigante que nos impide el paso. El sistema no atiende, no responde, no se responsabiliza y a veces se cae, lo que es terrible.

Aunque al principio cuesta, los problemas, los desafíos y las posibilidades, es decir “el sistema” debe ser mirado de frente y a la misma altura. Esto nunca debe ser entendido como arrogancia o soberbia, es lo justo y merecido que debemos pensar de sí mismos, desde – y solo desde -que nuestras acciones las impulsen y las cuiden los valores humanos.

Los valores humanos bendicen el alma y trascienden a otros. No basta sentirnos leales, porque alguna vez habrá que demostrarlo cuando de veras se requiera su presencia. La lealtad, por ejemplo, es un impulso que simplemente sucede en milésimas de segundos, al igual que el coraje. No hay reflexión, es automático.

Los valores, al igual que las emociones irrumpen fuera de nuestra voluntad, la diferencia está en que las emociones así como vienen se van pero los valores se quedan, son permanentes y nos acompañan para orientarnos en nuestra relación con el mundo. Los valores tienen la virtud de evitarnos perder el tiempo en nuestras pequeñas y grandes decisiones.

Probablemente podemos tomarnos un tiempo para reflexionar sobre una posibilidad que se nos presenta, reflexionar para descubrir o entender si es una buena posibilidad o no y si es algo honesto o es algo turbio, pero nunca perderemos tiempo en decidir por qué lado nos iremos.

Los valores tienen la virtud de alejarnos y cuidarnos de
las seductoras y atrayentes tentaciones.

Cuando el equipo no está mirando lo mismo y lo que ven los integrantes es distinto, la atención y el foco deben ponerse en el observador qué somos: cómo nos estamos viendo, como nos vemos como equipo y por sobretodo en cómo nos queremos ver.

El primer paso para poder iniciar un cambio es sin duda la auto observación, indagar en nuestro mundo interior y exterior. Cambiar nuestro observador es  un verdadero descubrimiento, un gran salto que requiere de valor y por sobre todo de valores.

Todo sistema se puede perfeccionar, se puede pulir, se puede cambiar, aunque esto último pueda quebrar la convivencia y genere una revolución… pero la historia dice que se puede. En cada dominio de nuestra vida hay un sistema que “raya la cancha”, que pone los límites y  establece las condiciones de satisfacción para la convivencia en el sistema. El sistema te muestra las normas y procedimientos que debemos considerar en nuestro actuar, que debe considerar nuestra conducta.Y también te obliga a acatar.

Los valores son las únicas herramientas o enseñanzas humanas que nos permiten pararnos frente a un sistema de igual a igual, ya que una persona que es consistente en cultivar valores humanos, está en un espacio de honor
y reconocimiento que le otorga los méritos para opinar,
proponer o bien para reclamar.

Los valores humanos son enseñanzas sagradas y universales que trascienden  ideologías y religiones, idiomas y razas e inclusive trasciende a la condición de humanos, animales, aves, reptiles,peces, insectos, flora, naturaleza. Los valores guían nuestro universo. Los valores orientan nuestra vida, son ellos nuestros referentes y los pilares de nuestra dignidad.

 

Jorge Olalla Mayor