«Cuánto más felices pueden ser las personas,
más infelices se vuelven»
(Paulo Coelho)
Estoy asistiendo a unas tertulias vía zoom, acerca de los Estoicos, esa cultura Griega que a partir de los años 300 AC ha tenido influencia en diferentes episodios de la historia de la humanidad.
Una de las distinciones importantes de esta cultura resilente, es que mientras muchas otras culturas y religiones buscan la felicidad, los Estoicos buscan la tranquilidad, la paz.
La diferencia entre paz y felicidad aparece como un desafío, un acertijo entre estos conceptos tan elevados y deseados por todos los seres humanos.
Gabriela Mistral alguna vez reflexionó en esto y en sus pensamientos tejió esta frase:
“La paz es la bienhechora sin ruido,
nada se parece tanto a la felicidad como ella”
Tal vez Gabriela distinguió una de otra, otorgándole a la paz la bendición del silencio.
Comencé a buscar referencias de felicidad y de pronto me acordé de alguien, a quien conocí una vez en que ambos participamos de una mesa de trabajo. Antes de eso lo había visto una vez en una charla que dio en un congreso de coaching.
Muy simpático y entretenido. Un agrado estar con él y escuchar sus anécdotas y ocurrencias. Me vino a la cabeza su imagen ya que durante estos últimos años, él ha desarrollado el tema de la felicidad, especialmente de la felicidad en las organizaciones, modelo que el imparte como relator y asesor en organizaciones.
Y así buscando llegué a una Charla que dio este relator hace unos 4 años, donde presentó este concepto a un nutrido público de estudiantes y profesionales.
Confieso que en lo personal el tema de “Felicidad Organizacional” nunca me cautivó y la distancia que tomé fue algo mas bien intuitivo. Esta sería entonces, una oportunidad de conocer mejor el tema.
La grabación muestra un teatro con unas cien o más personas que siguen a este relator ubicado en lo alto de un escenario, con un gran «ecran» en que se proyecta un Power Point.
La charla comienza con sus agradecimientos y muestra el titular de lo que va a hablar: Cómo construir y cómo implementar felicidad organizacional en el trabajo, lo que es una tremenda promesa a los invitados.
A continuación este relator aclara que todo lo que van a escuchar es producto de una investigación larga de prácticas efectivas que funcionaron en varias organizaciones en latinoamérica.
Y esto es lo que él dijo (sic):
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“Quiero partir dando una introducción sobre la felicidad, porque tal vez la damos un poco por obvia… la psicología positiva ha estudiado muchísimo el funcionamiento óptimo del ser humano y… bueno… ¿comparemos los felices con los infelices?:
¿Saben quienes vive más? (pausa para que el público responda en coro) ¡los felices! y ¿saben cuántos años más?… ¡entre 12 y 15 años! La felicidad alarga la vida, o bien la infelicidad mata.
¿Quién tiene mejor salud mental?… ¡los felices! porque tienen muy bajos niveles de depresión y ademas se ahorran el dinero en psicólogos, psiquiatras, pasta base, drogas…
Los felices tienen mejores relaciones de pareja e hijos mucho más sanos.
Si ponemos una mano en un cubo de agua con hielo ¿Quien tolera más el dolor, los felices o los infelices?… ¡los felices! (dice por ahí alguien del público con entusiasmo).
¿Quienes ganan más, los felices o los infelices?… ¡los felices!… ¡un 40% más! … aunque… bueno, siempre hay un infeliz que gana más que uno (risas del público y el relator prosigue)
Hoy sabemos que la felicidad es un músculo que se construye, se trabaja día a día y no depende de las circunstancias.
¿Quién son más felices, los ricos o los pobres? …. no hay diferencia. Ahora claro que es mejor ser feliz con dinero que sin dinero… (más risas)
«Los bonitos son más felices que los feos»; ojo , que esto viene de un estudio que definió parámetros objetivos de gente bonita. Se hizo un estudio entre mujeres que se hicieron implante mamario y quienes no se lo hicieron ¿y saben quién es más feliz?…. no hay diferencia… el estudio, eso sí, tiene el tremendo sesgo de no habérselo preguntado a los maridos (risas).
Busquen libros de psicología positiva (da algunos autores), en ellos esta descrito qué es lo que hay que hacer para ser feliz.
Hemos tomado todas estas evidencias científicas y nos hicimos la siguiente pregunta:
¿Es posible hablar de felicidad organizacional? ¿no se nos estará pasando la mano?, digo esto porque hay quienes piensan que la felicidad pertenece al dominio individual.
Un mal uso del concepto de felicidad en el trabajo sería por ejemplo exigirle a los trabajadores que además de todo lo que tienen que hacer… sean felices (risas). Creer que una organización va a ser feliz sólo porque sus trabajadores son felices es un error. Los estudios muestran que las organizaciones saludables tienen trabajadores saludables apalancados en prácticas organizacionales deliberadas saludables ¿se entiende?, por lo tanto hoy sabemos que hay que construirlo desde la estrategia, prácticas sostenidas.
Si una empresa no cree en esto es porque piensa que atenta contra sus intereses y está manejada por un “patrón de fundo”. Y no hay que perder tiempo en convencerlos.
Como dice Jorodowsky:
“El pájaro que nace en una jaula cree que volar es una enfermedad”
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Para reafirmar todo lo que dijo, el relator muestra una serie de cifras, todas investigadas, de los beneficios de la felicidad en el trabajo: El resto de la charla es más de lo mismo, reafirmando una y otra vez lo que a todas luces es demasiado obvio. Finalmente lo que hizo el relator fue entregar la noticia de que las personas felices son más felices que las personas infelices. Esto lo demuestra con cifras y según cuenta hay varios estudios que lo respaldan.
Cuando dice que los felices viven más que los infelices (12 a 15 años más) ¿de dónde saca eso? ¿cómo son esas investigaciones?
Investigan a gente que es feliz o parece feliz – o dice que es feliz – y esperan hasta que se muera para constatar que vivió 12 años más que otra persona investigada que no era ni parecía feliz…¿será así? ¿quién decide la felicidad de las personas encuestadas?
Según este relator, los felices ganan más que los infelices (40% más) ¿de dónde sacó este dato? a lo mejor si a ese infeliz le suben en un 40% su sueldo ¡se va a poner feliz!
Yo creo que podemos suponer muchas cosas positivas entre felices y no felices (lo de infeliz suena casi una grosería) y estas serán tan ciertas como afirmar que «quienes comen se alimentan más que los que no comen»
Los ejemplos que expuso el relator son un insulto a la inteligencia y él entrega esta propuesta como si fuera la única solución que traerá armonía a una organización.
¿la felicidad es un músculo que se construye, se trabaja día a día y no depende de las circunstancias?
¡Qué tontería!
La felicidad es un bien como el agua y el aire y nadie debiera arrogarse ese milagro.
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