El 21 de Enero de 2016, la revista Capital publicó un reportaje “asombroso”, al cual le dedicó su portada. Humberto Maturana acusaba a los Dioses del coaching de corruptos, de plagiarlo, de no reconocerlo, de ganar dinero nombrándolo pomposamente y usando sus conocimientos en sus conferencias…o algo muy parecido a eso.
Su reclamo lo personifico en uno de esos Dioses, tal vez el más culpable a ojos del Doctor, quien luego, frente a esta entrevista respondería indignado; tal cual reaccionan los Dioses cuando se les enfrenta. El Doctor golpeó el lado hermético, el lado menos luminoso del Coaching Ontológico, el que más duele. Por eso que la respuesta del aludido fue despiadada. Los otros Dioses se refugiaron en la indiferencia, en esa indiferencia que significa no responder a asuntos insignificantes que se alejen del frondoso saber. No validar a quien reclama coherencia (no se escucha padre).
Un día antes de aparecer la entrevista, mi querida amiga Carolina ya me había enviado un “adelanto” que había llegado a sus manos. Leí la entrevista, reflexioné en ella y escribí un Post acerca de eso.
El primer día tuvo unas 1.600 lecturas, era una locura, no lo podía creer.
El tercer día llegó a las 6.900 lecturas.
Este es el post que publique el 21 de Enero de 2016 y que he disfrutado volviéndolo a leer.
Acerca de la entrevista de Humberto Maturana
He leído muchas entrevistas y reflexiones de Humberto Maturana, también he escuchado testimonios de quienes han realizado sus programas. Debo admitir con franqueza que no he leído sus libros, sin embargo tengo una imagen nítida de su persona como un verdadero Maestro y un Maestro es un ser humano que tiene dos grandes cualidades: Sabiduría y Modestia. Esta última tal vez es la más grande de todas.
Entonces, su opinion y su molestia tienen un impacto ineludible en quienes puedan sentirse afectados, incómodos, irritados o también identificados.
Cuando él dice:
“La corrupción no es responsabilidad de ningún modelo o teoría económica. Es siempre de las personas. Echarle la culpa a algún modelo económico es no asumir responsabilidad y revela ceguera social. La corrupción no surge de un modelo político o económico sino de la ambición, avaricia y el afán de poder, emociones todas que llevan a la deshonestidad”.
Está hablando de que al final son las personas las que honran sus valores y creencias y está en nuestra conducta la responsabilidad de lo que hacemos y no en las herramientas que inventamos.
No podemos culpar a los medios de comunicación por manipular a la gente sino a quienes usan – y abusan – de ellos para hacerlo.
Lo mismo debe entenderse con el coaching ontolólogico, ya que cuando el Maestro se refiere a él queda la impresión de que es la herramienta la que no sirve:
“El riesgo de los actos del habla es que los puedes transformar en instrumentos de manipulación, más que en responsabilidad de tu quehacer.
El “coaching ontológico” ha terminado en un modelo donde la persona desaparece. Se erige como un manual con los pasos a seguir.
Las grandes escuelas de pensamiento de Europa han dejado atrás el concepto de coach no sólo porque tiene algo de conspirativo, de manipular al otro, sino también porque crean una cierta dependencia. Y el coach pronto prueba que no tiene la energía ni tiempo de hacerse cargo del coachee. Le entregan una técnica y no se hacen cargo de lo que pueda pasarle una vez terminada la relación.
He conocido casos donde se pierde el foco. Empresas que contratan a un “experto” para que haga coaching a un grupo de ejecutivos, por ejemplo, con la finalidad de conocerlos y “ablandarlos” para luego despedirlos. Para que entiendan que lo mejor es dejar de trabajar en ese lugar. Y está el coach, que construye una relación con 30 personas para después decirles que tienen que dejar sus puestos. No es un trabajo fácil”
Sin duda aquí se expresa su profunda molestia, que resulta comprensible leyendo toda la entrevista.
Humberto Maturana se siente usado y reclama. El ya está hastiado de adulaciones y manipulaciones de su saber y reclama algo tan simple y humano como es el reconocimiento.
“Pienso que tienen una relación dual conmigo. Muchos venden sus propios servicios de coaching “basados en la teoría del lenguaje del doctor Maturana”. Y así como me usan, me mantienen lejos del negocio. Les sirvo por el nombre, pero no por lo que verdaderamente enseño, porque eso supone un trabajo mayor de aprendizaje que permita entregar entendimiento. No técnicas, sino reflexión”
Siendo muchos de nosotros Coaches Ontológico no deberíamos ofendernos y menos ignorarlo. Deberíamos someternos a una profunda reflexión en lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo. Para ello se requiere de humildad.
La Ontología del Lenguaje es una bella teoría y cuando se lleva a la práctica honrando los valores y especialmente la ética, puede ser una bendición para quienes la ejercen y quienes la reciben.
Por mi parte le declaro a este Maestro mi admiración, respeto y profundo reconocimiento, en especial por abrir estos temas absurdamente ocultos e ignorados en la indiferencia.
La entrevista completa: