El señor, adulto mayor, se baja penosamente del auto mientras el manifestante a cargo del peaje, lo toma de un brazo animándolo a bailar en plena carretera, frente a un centenar de manifestantes mirándolo y riéndose.
¡El que no baila paga! … ¡El que no baila paga!
El señor intenta sonreír mientras su cuerpo hace unos movimientos que indican que está bailando. El manifestante lo felicita y lo libera para que continúe su viaje.
Tal vez si hubiera sido una mujer joven y atractiva, el manifestante a cargo del peaje la hubiera acosado obligándola a bailar y sería aplaudido por esos cien manifestantes. Todo es posible en un contexto de abuso.
Estamos protestando de los abusos y lo hacemos abusando. Estamos protestando porque están abusando de los ciudadanos de valores, de buena fe, que no tienen tejado de vidrio y sufren cada minuto que pasa, observando lastimosamente cómo se va hiriendo y matando todo lo que tenemos.
Somos la mayoría silenciosa y resignada que también es víctima de los abusos y de la corrupción, al final somos los que cumplimos con la ley y con las deudas y estamos al día con todos los sufridos requisitos que te impone este sistema imperfecto e injusto..
Yo quiero cambios pero no voy a permitir que un abusador me haga bailar para no pagar lo que no he pedido, ni necesito.