A estas alturas del estallido, muchos chilenos (o bien todos) tenemos claro que la Constitución es prioridad Z en el abanico de problemas que nos hacen sufrir y padecer como país.
Lo que estamos plebiscitando es un calmante para ganar tiempo mientras aparece una solución mejor, que todavía no aparece y no parece que pueda aparecer. El plebiscito es una buena idea para dirimir y también un extraordinario escenario para una batalla campal.
El problema es la pregunta, ya que cualquiera sea el resultado seguiremos divididos y viviendo un estado permanente de tensión y violencia.
Por un momento imaginemos otras preguntas. Preguntas que nos acerquen, que nos identifiquen.
Imagínense esta:
◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊
PLEBISCITO 2020
¿ESTÁ USTED DE ACUERDO EN DECAPITAR A
QUIENES COMETAN ACTOS DE CORRUPCION?
Opción 1 ( ) APRUEBO
Opción 2 ( ) SÓLO CADENA PERPETUA
◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊
(Esta opción pondría al país rápidamente en marcha)
Y esta otra:
◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊◊
PLEBISCITO 2020
¿ESTA USTED DE ACUERDO EN QUERELLARSE COMO PAIS Y DEMANDAR AL PARLAMENTO POR APROVECHARSE DE NUESTRA CONFIANZA Y HABER FALTADO AL HONOR?
Opción 1 ( ) APRUEBO!!
Opción 2 ( ) TODAS LAS ANTERIORES
(Esta opción nos daría un frescor de dignidad y unidad)