Cuando yo aprendí la distinción de Las Promesas, durante mi formación de coach ontológico, me deprimí mucho al dar esa inevitable mirada a mi historia de incumplimientos. Entonces decidí que iba a observar mis promesas y que las iba a cumplir.
Mágicamente me transformé en una persona más confiable.
Las promesas son un acto casi religioso.
Cuando prometemos algo estamos ofreciendo nuestra imagen pública, nuestro honor.
Yo puedo prometer algo y dar como aval mis creencias: “Yo te prometo por Dios que nos está mirando”. O prometer por lo que más quiero: “ Te prometo por mi madre, por mi hija, por lo más sagrado”. Muchas veces las promesas se reafirman con juramentos “ Te lo juro por Dios que así será”
En un seminario de coaching, el relator decía que el no cumplimiento de una promesa, era equivalente al choque de una enorme bola de acero contra un edificio en demolición. El impacto que produce una promesa no cumplida puede causar importantes daños en lo material, en lo emocional,en nuestras relaciones.
Al no cumplir una promesa, se daña tanto quien no la cumplió como el que confió en que se cumpliría, el daño puede ser muy grande en lo material, en lo emocional, en la imagen pública.
Prometemos algo cuando necesitamos reafirmar u honrar un compromiso. No es lo mismo comprometerse a X, que prometer X. Siendo cercanos,ambos conceptos son distintos cuando entendemos su distinción.
Quien no cumple un compromiso puede ser juzgado de irresponsable, negligente.
Quien no cumple una promesa puede ser juzgado en su honor al no cumplir su palabra.
El cumplir una promesa reafirma la confianza, estimula la amistad, la admiración y el respeto mutuo.
El Coaching Ontológico le asigna un papel protagónico a este acto del habla y lo define como una herramienta vital que nos permite coordinar acciones. Faltaría agregar “desde que se cumplan”.
El verdadero valor de las promesas no se aprecia exactamente cuando ellas se cumplen, sino más bien cuando no se cumplen. Es justamente su ausencia la que nos muestran su real grandeza..
A veces son sus sombras y no sus luces las que nos permiten valorarlas.
Wilkipedia se refiere a las promesas desde una mirada jurídica:
Una promesa es un contrato por el cual una de las partes (o ambas) se obliga dentro de cierto lapso, sea por el vencimiento de un plazo o el cumplimiento de una condición, a celebrar un contrato futuro determinado. Este contrato se denomina también preparatorio, ante contrato, pre contrato y contrato preliminar.
Históricamente se discutió si la promesa es un contrato autónomo, o si simplemente es preparativo de lo que será un contrato definitivo.
Hoy en día parece claro que la promesa es autónoma, por cuanto es un contrato con objeto propio (éste es el contrato futuro), y que seguirá siendo válido aunque el contrato futuro no se celebre, dando derecho a indemnización de perjuicios.
Frases de promesas:
«Una promesa es un concepto vago, hasta el momento en que entra en juego el concepto de lealtad»
Yukio Mishima
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«Las promesas son olvidadas por los príncipes, nunca por el pueblo»
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«Quien promete con mucha ligereza se va arrepintiendo despacio»
Alonso De Ercilla
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«Prometemos según nuestras esperanzas y cumplimos según nuestros temores»
François De La Rochefoucauld
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«Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir
Francisco de Quevedo