Por Ana Andrea Labrador
En este artículo voy hablar del fenómeno de la infidelidad, El cual observo que es un tema que muy pocas personas se atreven a comentar. En el transitar de la vida he tenido oportunidad de escuchar qué le pasa a las personas cuando están en este proceso de ser infiel, lo cual me llama mucho la atención por el fenómeno que le ocurre al ser humano al estar en esta situación, muchas veces están inconscientes de lo que pueden generar en sí mismo y en las personas que lo rodean.
Cuando pregunto si la persona está feliz con este tipo de acciones, la respuesta que siempre consigo es que es una felicidad momentánea y que luego lo puede llevar a un profundo dolor y un gran sufrimiento. Porque en el fondo la persona sabe que en algún momento puede ser descubierto, lo que produce miedo y a la vez el dolor de estar engañando a otra persona y esto le trae como consecuencia que se pueda sentir culpable, mentirosa y falsa.
Quisiera generar algunas preguntas para llevar este tema a un nivel de reflexión.
¿Alguna vez te has sentido atraído por otra persona que no sea tu pareja?.
¿Cuántas veces esa atracción ha llegado a una infidelidad en tu vida?.
¿Has podido decir que no, ante una tentación donde te veas involucrado en una infidelidad?.
Si esto te ha pasado te invito a que reflexiones en las consecuencias que esto puede traer en tu vida Y más allá empezar a ver para que haces con esto, que satisfacción te trae, y poder observar desde donde está el aprendizaje para ti.
Todo pasa por algo y para algo.
¿Será que estás copiando alguna conducta, dentro de patrones familiares?
¿Será que te sientes más hombre o una mujer por realizar esta acción? ¿Cuántas veces te has sentido realmente vacío o vacía después de haber sido infiel?
Si esto te está ocurriendo y realmente te importa salir de allí y empezar a ser una persona fiel, yo te invito en primer lugar a reconocer que estás haciendo contigo. Y cuando digo esto me refiero a que te observes y realmente veas si quieres y decides seguir así o si quieres cambiar esta forma de actuar.
Creo que es muy importante que yo como persona pueda realmente elegir lo que realmente quiero hacer, lo que escucho que ocurre es que las personas se dejan llevar por la emoción y cuando se dan cuenta están involucrados en procesos donde ni siquiera quieren estar. El hecho de dejarse llevar completamente por la seducción hasta un punto que no puedes parar y elegir realmente lo que quieras hacer, tiene que ver con sobrepasar tus límites.
Descubrir realmente cuál es el origen de este comportamiento te puedes llevar a tenerlo consciente. Una vez que lo tengas consciente es importante que observes cuál es la conducta que predomina en ti ante un evento que te pueda llevar a ser infiel, por ejemplo: Me siento atraído por una persona que no es mi pareja, ¿que empiezo hacer cuando esto ocurre? Si la tendencia es a acercarme a esta persona e ir más allá de mis propios límites es importante darte cuenta para empezar a parar.
Y ¿cómo puedo hacer para empezar a parar?
Ante una situación que sé que me va a generar posiblemente un proceso de infidelidad, lo mejor es alejarse.
Sólo que para poder llegar a esto tengo que estar muy presente y saber que esto me está ocurriendo, Para ello tengo que saber cuál es mi conducta asociada a ser infiel.
Puedo generar un comportamiento distinto haciendo cosas diferentes
Si mi tendencia es cuando me atrae una persona ir hacia ella, el comportamiento distinto puede ser alejarme.
En la medida que lo hagas repetidamente conscientemente tu conducta puede ser otra y tus resultados seguro van hacer distintos a lo que te ha pasado hasta ahora.
Te darás cuenta que comenzarás a rescatar la posibilidad de elegir cuando si quieras o cuando no, así como también el espacio de ser respetado y respetar al otro. Desarrollar tu capacidad de poner límites y vivir en la tranquilidad de poder estar parado en la honestidad que te lleva a estar tranquilo y en paz.
Aunque la conducta anterior te atraiga el desafío es poder vencerla tantas veces aparezca para que nazca en ti un ser capaz de respetarse y respetar a los otros. La decisión es tuya.
Gracias por leerme y te pido me des tu opinión y reflexión de este tema:
labradoranaandrea6@gmail.com
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“El deseo cuando es prohibido se llama tentación
y es el más excitante, el más irresponsable, el más nocivo,
el que hace perder la razón, el que rebaja los valores
y el que desafía sin respeto todo aquello que es sagrado.
La tentación le da a la buena vida un giro fatal”
Jorge Olalla Mayor
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Infidelidad ¿confesable o no?
La infidelidad es muy antigua, practicada tanto por hombres como por mujeres. Antiguamente se le aceptaba al hombre, hoy no se le acepta a nadie, pese a que sigue siendo una realidad.
Muchas amistades y pacientes me “confiesan” que han sido infieles. Algunos no se aprobleman y lo toman como una práctica habitual, y otros, se retuercen en la culpa, pese a no haber sido descubiertos. Es a este segundo grupo al que me referiré en este artículo, a los que creen en la fidelidad y han caído al otro lado.
Hay muchos caminos para llegar a la infidelidad, uno de los más comunes en estos días es el desamor, es estar con esa pareja tan amada durante largo tiempo y sentir que ya no se es valorado por ella.
En las relaciones de pareja, ambos van cambiando, como toda materia viviente, algunos cambian o crecen en direcciones similares, y otros, en direcciones muy distintas, produciéndose el desencuentro. Sumemos a esto, que la vida cotidiana y sus problemas asociados desgastan, el tiempo falta, las responsabilidades aumentan y los momentos para compartir en pareja se hacen cada vez más escasos.
En los matrimonios o parejas con hijos, se hacen más esfuerzos por mantenerse juntos para proteger la estabilidad familiar o la unión legal. Ese esfuerzo, si está mal orientado, en el sentido de no estar aportando a lo que esa relación específica necesita, produce frustración y desgaste por no alcanzar el objetivo deseado. Así es cómo se van produciendo malos entendidos, resentimientos y la disminución en el deseo de comunicarse, pese a querer solucionar las cosas. Son “batallas” que muchas veces dejan sin energía para seguir luchando.
Al tiempo después y sin darse cuenta, esa pareja a la que tanto se amó, termina convirtiéndose en un ser desconocido, ajeno, al que se le da la espalda a la hora de dormir, levantando un muro.
Cuando la persona no se siente apreciada, valorada ni amada, comienza a tener la idea de buscar ese cariño y reconocimiento en otro lado. Lo más común es buscarlo cerca, con las personas con las que se mantiene un contacto permanente, ya que la atracción se genera de lo que resulta conocido, como los compañeros de trabajo, amistades e incluso parientes de la pareja. Qué atractivo puede resultar en este escenario un “desconocido como pareja” para fascinarse con los atributos que exhibe en un par de horas. Es dónde vienen la infidelidad, el dolor, la culpa y el arrepentimiento.
A los que han caído en la infidelidad los persigue la culpa en la consciencia y dudan si confesar o no.
Para esta situación existen varios escenarios posibles, los que tendré que exponer a muy grandes rasgos, pero que son tremendamente complejos:
– Confesar, entregarse al criterio del otro y darle la libertad de decidir con conocimiento de causa si quiere seguir en la relación o no.
– Confesar y tomar este hecho como una alarma de que la pareja sigue siendo amada y se quiere mejorar las cosas, aunque haya que atravesar un camino largo y difícil.
– Confesar y tomar el hecho como una señal de que se murió el amor y la relación debe terminar.
– No confesar, retorcerse con la culpa y continuar una mala relación de pareja, ya que la culpa justificaría el no merecer valoración ni amor.
– No confesar, hacer un trabajo personal de autoconocimiento que lleve al entendimiento de la propia conducta, en cuánto a qué produjo el deterioro de la relación, y a la reconciliación consigo mismo. Si después de esto se da cuenta de que sigue amando a su pareja, podría contar con renovada energía para reconstruir la relación con herramientas nuevas y acertadas.
– No confesar, hacer el trabajo personal del punto anterior y darse cuenta de que el amor se acabó y la relación de pareja debe terminar.
He nombrado sólo algunos escenarios posibles para no extenderme más. Lo común a todas estas posibilidades es el dolor para ambas partes de la pareja.
Algunas personas que han tenido parejas infieles y que han decidido seguir en la relación, relatan que han podido perdonar pero no olvidar, y ese quiebre a muchos les queda en el alma para siempre.
Como psicoterapeuta no tengo ningún derecho a juzgar conductas, sólo intentar comprenderlas y acompañar a la persona a transitar su propio camino, recordando que como seres completos evolucionamos y las conductas pueden corresponder a expresiones puntuales de los momentos transitorios que se están viviendo.
Termino este artículo recomendando agotar todas las posibilidades de salvar una relación si aún hay interés. Si este esfuerzo no ha ido bien enfocado y en el camino hubo infidelidad, sugiero pensar muy bien cómo proceder. Aquí diré algo por lo que muchos pensarán criticarme: antes de confesar se debe pensar muy bien el “para qué” se hará, es un camino sin retorno y de mucho dolor para ambas partes, que produce fracturas irreparables la gran mayoría de las veces. Por eso, se debe tener muy claro si fue un error que se quiere reparar en silencio o compartir y confesar, o bien, el modo de despedirse de una relación.
La naturaleza humana puede llevar a ejecutar conductas que se escapan de los acuerdos sociales establecidos. Esto no es justificar la infidelidad, es un intento por comprenderla como el resultando de no sentirse amado. Todos necesitan amor y lo buscarán toda la vida, es importante recordar eso para seguir apreciando a la pareja, valorarla, respetarla, cuidarla y amarla, o bien, para darse cuenta de que el amor se acabó y buscará renacer con una pareja nueva y con renovada esperanza, y en lo posible, habiendo aprendido de los errores anteriormente cometidos.
Laura de Solminihac R.
ps.lauradesolminihac@gmail.com