Reflexiones en el décimo día de cuarentena.
Pronto cumpliré muchos años de vida.
Todos estos años los he vivido sin haber tenido una experiencia como la que hoy estamos viviendo. Me ha pasado de todo en esta vida, menos vivir una pandemia que amenaza a toda la humanidad; eso nunca lo viví durante todos estos años de mi vida.
Esto hace que mi opinión sobre lo que nos sucede, tiene a la experiencia como atributo principal.
Tengo la fuerte impresión de que esta pandemia será lo último que viviré. Las posibilidades de contagio son enormes, misteriosas y desconocidas, por una u otra vía el virus se las ingeniará para encontrarte si es que tú eres unos de sus alvos.
Les confieso que he reflexionado en esto y decidí recibirlo con total dignidad, luchando y aperrando a lo que será. Cuidando siempre a los míos, que es lo más importante.
Dicho esto, nobleza obliga y debo agradecer.
En realidad hay una buena porción de cosas que detesté y me hicieron sufrir mucho en la vida, pero nada es comparable a aquellas que merecen gratitud. Esas siempre las recuerdo.
Me da la impresión ahora, que cualquier desgracia (no todas) son irrelevantes en comparación a una pandemia global. La incertidumbre es un aspecto terrible en esta situación, no puedes ver a tu atacante… sólo puedes sentirlo…cuando te ataca.
Agradezco a mi madre que me enseñó el orgullo y los valores.
Agradezco a mi padre que me enseñó la rectitud y la resiliencia
Agradezco a mi hermano Julio que me enseñó a leer
Agradezco a mi hijo Andrés que me enseñó el amor
Agradezco a mi hija Adriana que me enseñó el perdón
Agradezco a mi hija Anita que me enseñó la tolerancia
Agradezco a mi hija Macarena que me enseñó la perseverancia
Agradezco a Verónica, mi primera esposa, que me enseñó la responsabilidad
Agradezco a Patricia mi esposa, que me enseñó el orden
Agradezco a mi primo Carlos que me enseñó la amistad
Agradezco a mis nietos Ethan, Mateo, Alma y Zaki, que me enseñaron la ternura y la trascendencia
Agradezco a mis tantos amigo, que me enseñaron la alegría
Agradezco a mis camaradas de la Fuerza Aérea que me enseñaron la lealtad
Agradezco al coaching que me enseñó a preguntar
Agradezco a mi familia que me enseñó a aceptar
Agradezco a la vida que me hizo vivir
A todos me entregué con amor y de todos recibí amor
Agradezco igual a la muerte… aunque no sé cómo será.